Escala de valores
- Treya
- 28 may 2018
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Milton Rokeach, psicólogo social, propone que cada persona tiene un sistema de valores que le permite organizar todas las reglas que ha asimilado con el objetivo de resolver conflictos y escoger alternativas entre dos o más maneras de actuar o más estados de existencia.
Los valores entonces, nos ofrecen opciones o rutas a seguir que nos son aceptables, y que permiten la propia satisfacción humana.
Rokeach en su teoría, define valor como “una creencia duradera, de que un modo específico de conducta o estado final de existencia, es preferible, personal o socialmente, a otro modo de conducta o estado final de existencia”.
Este autor también afirma que los valores son obtenidos en los procesos de socialización primaria (refiriéndose a la familia y a los iguales) y en los procesos de socialización secundaria (refiriéndose a la escuela y otras instituciones).
Es decir, los valores se adquieren y se mantienen, a través del aprendizaje desde que nacemos. Los vamos interiorizando y asumiendo como propios, afianzándolos.
A medida que vamos creciendo y desarrollándonos, nuestros valores entran en conflicto con los valores de los demás y con los de la sociedad, necesitando un continuo refuerzo, cambio o afianzamiento de estos.
A la vez, buscamos, encontrar y establecer, la forma en que nuestros valores se compenetren con los sociales sin anular ninguno de ellos.
Los valores evolucionan y se modifican, ya que, aunque sean perdurables, necesitamos que sean flexibles, para poder adaptarnos al entorno, y aceptar los cambios sociales.
De esta forma existe una continua retroalimentación entre la sociedad y el individuo.
En 1973 diseñó la “Rokeach value Survey” (RSV), una clasificación de los valores.
Esta escala, es la más conocida y aplicada debido a su enorme sencillez.
Está formada por 36 valores particulares de la sociedad occidental, que se encuentran distribuidos en dos subclases:
Valores terminales: También denominados finales. Reflejan las ideas, opiniones, convicciones o pensamientos que establecen los objetivos, las metas en la vida de cada uno de nosotros, es decir, serían proyectos.
Hacen referencia al estado final. Por ejemplo, una persona puede considerar como un valor de estado final de existencia, el bienestar personal, el bienestar general o el universal del conjunto de individuos, pues no todos priorizamos de la misma manera, unos lo hacemos de forma individual y otros de forma social.
Valores instrumentales: O modos preferidos de hacer las cosas.
Este tipo de valores se pueden clasificar en morales o de competencia, los primeros hacen referencia a la forma de comportamiento; los segundos representan el comportamiento desde el punto de vista personal, es decir, como considera cada persona que debe ser su conducta.
Expresan las formas, o modos de comportarse de cada uno de nosotros, es decir el cómo llegar al valor terminal.
Podemos observar, que si en un polo están los valores personales, y en el otro los sociales, al aumentar unos disminuyen los otros.
Finalidad de la escala de valores:
El fin fundamental de la escala de valores, es orientar y favorecer el autoconocimiento y desarrollo personal y social de la persona.
Las funciones de los valores las podemos dividir en cuatro grupos:
1. Guiar y orientar los comportamientos de la vida de cada individuo.
Debido a que los valores son aprendizajes e idealizaciones que poseemos, sobre nuestras formas de comportarnos y de actuar, estos van a guiar y dirigir nuestros comportamientos a lo largo de nuestra existencia.
2. Establecer criterios. Los valores van a influir en nuestras percepciones sobre nosotros mismos, sobre la vida, el trabajo, la familia, los demás, el mundo…
Evaluamos a través del sistema de valores que poseemos.
Ser conscientes de ellos, nos ayudará a conocernos y respetarnos a nosotros mismos y a los demás. Ayudándonos a comprender los comportamientos y las formas de actuar de cada cual.
3. Ideales para lograr el bienestar:
Los valores también constituyen la base para lograr y conseguir nuestros objetivos y satisfacciones, lograr el bienestar interno, biológico, psicológico y social.
A través del sistema de valores, vemos nuestras preferencias y necesidades, nos relacionamos, valoramos conflictos, interpretamos nuestro mundo y, por tanto, nos inclinamos hacia unas decisiones, rechazando otras, es decir, nos lleva a determinadas resoluciones.
4. Favorecer, fortalecer nuestra autoestima:
Los valores, hacen que cada persona se perciba de una determinada manera.
Si nos hacemos conscientes, de si un determinado valor aprendido, nos favorece o nos perjudica, podremos hacer algo al respecto.
A través de la superación personal y según las metas y objetivos personales de cada individuo, podemos potenciar los primeros, fortaleciendo así nuestra autoestima.
Y/o modificar los segundos. Con lo que, al soltar los valores obsoletos, cambia nuestro autoconcepto, comportamientos y resultados.
Un cambio en los valores modifica la conducta y el autoconcepto.
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