Charles Darwin fue el primero que propuso cambiar nuestra visión del mundo vegetal.
Él, formuló la posibilidad de la existencia de la raíz-cerebro en los vegetales. Partía de la idea de que las raíces de los vegetales son un lugar de intercambio nutricional igual que la cabeza de los animales, de modo que su cerebro estarían en la tierra y sus órganos sexuales, las flores, en el exterior.
En 1880 publicó un libro sorprendente "El poder del movimiento en las plantas", en dónde concluye que la radícula, teniendo el poder de dirigir el movimiento de las partes adyacentes, actúa como el cerebro de uno de los animales inferiores
En la actualidad cientos de estudios científicos avalan que los vegetales son organismos que actúan bajo comportamientos inteligentes, tal y como explica el botánico Stefano Mancuso del Laboratorio Internacional de Neurobiología de las Plantas en la Universidad de Florencia.
Mancuso asegura que árboles y plantas tienen una gran capacidad para resolver problemas, respondiendo de manera adecuada a estímulos externos e internos, es decir: son conscientes de lo que son y de lo que las rodea.