Cómo nos ayudan los minerales (Según su génesis):
Minerales primarios o magmáticos:
Estos minerales representan el potencial de lo que podemos ser, al igual que ocurre en su formación.
Al ser más afines con nuestra propia formación, son los que más nos ayudan en el proceso de crecimiento y problemas en la salud.
Estos minerales nos ayudan a desarrollar nuestro potencial interior.
Cada mineral magmático, representa unos valores determinados y los fomenta en nosotros.
Son las piedras de primera elección, cuando decidimos emprender nuevos rumbos, tareas de aprendizaje o enfrentarnos a nuevas sensaciones.
Minerales secundarios y sedimentos:
Se centran en las influencias ambientales de nuestra vida.
Estos minerales son influidos en su estructura sólida por factores ambientales, pudiendo disolverse, formando otros minerales nuevos.
También nosotros podemos influir en los dogmas aprendidos por influencias externas, originando así un cambio.
Los sedimentos y minerales secundarios nos ayudan a descubrir, concienciarnos, y resolver conflictos producidos por experiencias dolorosas o dogmas impuestos.
Ayudan a orientarse, a mirar desde otro punto de vista o perspectiva, y a desarrollar estrategias adecuadas a nuevas situaciones, eliminando tensiones y aportando armonía, contribuyendo a la mejora de enfermedades que resultan de los conflictos con nuestro medio ambiente.
Minerales terciarios y metamórficos:
Constituye un proceso de transformación, en el que desde el interior al exterior, todo pasa a una nueva forma. Así se revisa el sentido de nuestra vida y nuestros valores, configurando una forma completamente nueva de percepción.
Los minerales terciarios estimulan el proceso de transformación, ayudándonos a reconocer enfermedades o problemas que tienen que ver con el miedo a los cambios, o a desprenderse de algo o alguien.
Nos ayudan a superar aprensiones, hábitos y compromisos caducos, insatisfacciones, y a detectar el cambio necesario que sentimos que necesitamos hacer, pero no acabamos de determinar cual es.